Las Fiestas de la Nostalgia

       En realidad no me acuerdo de  ningún cumpleaños en particular. En   tercer año de secundaria llovían invitaciones con  letras doradas.  Algunas de   nuestras amigas celebraban los 15 años.
     Diez años después, comenzaron  los casamientos. Luego llegaron los  cumpleaños de los hijos, de los amiguitos de los hijos, de  los hijos de los  amigos. Después todo se volvió más tranquilo, los cumpleaños de los nietos de 5   a 7 de la noche y adiós. 
    Hasta que alguien inventó FESTEJAR EL CUMPLEAÑOS 70  y   de allí en  adelante los CUMPLEAÑOS QUINQUENALES.  Y eso es  genial.  ¡¡¡Sí señor!!! Son casi,  casi… las Fiestas de la  Nostalgia. 
   Un día nos invitaron, justo cuando hacía mucho tiempo  que   no teníamos una salida formal, y había que ir bien  trajeados. Tocó alquilar  vestidos para ir bien pomposos. ¡¡¡Llegado el día, fuimos al encuentro de los compañeros de una  generación pujante y vital!!!
          Llegamos, saludamos a Miguel, el festejado que cumplía los  75 y   a otros amigos y todo bien, hasta ahí. Cuando sirvieron,  los platos calientes  que se comían de pié, comenzaron los  problemas:
 - Pollo en salsa verde.
 - Ropa Vieja hecho con  la receta original de Nitsa Villapol.
 - Camarones en salsa de  ajo.
     Todo bien servido a 200 comensales que, apretaditos y de  pie,   sosteníamos un plato caliente con una mano, el tenedor con  la otra, el vaso de   whisky con la otra, saludábamos a un amigo con la otra y un  leve pero   persistente  temblequeo de párkinson en todas las manos a la  vez... El desparrame de salsas fue inevitable...Me mancharon el  traje   3 veces, una con salsa roja, la otra con aroma a ajo y otra  con una crema   espesa.
Al fin, pasamos al salón  principal.  La conversación en la mesa se fue poniendo  buena…. Todas las frases comenzaban  con: 
 "¿Te acuerdas de...?”.
 “¿Tú estabas el día que...?".  
"El que no está bien de salud es...".
 "¿Sabes quién tuvo otro  nieto...?".
 "¿Supiste quién se   murió…?".
“Estas igualito(a)”

           Cuando alguien trataba de recordar quién fue el que hizo tal o  cual cosa en los años 50, aparecían los…
"Eeeehhhh?". 
"¿Cómo era?...".
 “¿Cómo se llamaba ese tipo?".

          Y las conversaciones fueron más o menos así…
             -¿Y ustedes ya tienen nietos? –Preguntó un invitado
 moviendo la  dentadura postiza.
          - Sí, una - le decía la  mujer.
-¿Dos nietas ya?
                 - No, una sola.
                 -  ¿Dos  varones?
           - ¡¡¡UNA, UNA   NIETAAAA!!!
   -¿Neneta? Qué bonito nombre. Disculpa que no te escuche  bien.  Están poniendo la música muy alta.·        
     - Acá tengo una foto de mis nietecitas - le dijo mi mujer a
 otro invitado...
        
     -¡¡¡Ni te molestes en mostrármelas- contestó -sin
 los   espejuelos no veo nada!!!

      La fiesta estaba bien buena, el disc-jockey pasaba de "Parece Que Fue Ayer'' a "Ritmando Cha Cha Cha" y  de "La Lambada" a "Sin Ti (por el Trío Los Panchos)". 
           Desde la pista me hacía señas un calvito que ya muy  animado por  los tragos, hacía de locomotora para que saliéramos a  bailar ''La Conga''   formando el trencito. Dos veces traté de levantarme y dos  veces me  sentaron.   Porque las dos veces mi mujer me  pegó unos buenos pellizcos y me  gritó en secreto al oído:
 - ¡Espérate a las  lentas, porque si bailamos estas, se nos descose todo el arreglo de los trajes!
 -Ahí viene el mesero, ¿te pido  algo?
- Sí, pídeme un trago largo de Milanta plus, y un par de Aspirinas batido con bastante hielo.
-Estoy que repito todo  lo que comí. Ya  vengo.
 - "Mi amor" - me dijo mi mujer cuando me paré -  "llévate el  celular por las dudas y llévate, también, este papel con  el número de la mesa  anotadito pues después te la pasas buscándome por todo el  salón".

       El baño estaba de lo más concurrido, flojos de vejiga y  prostáticos agrandados nos encontrábamos a cada rato en  los orinales. ¡¡¡Eso sí  que estaba divertido!!!
        Desde adentro, el tipo del micrófono avisaba que había  aparecido una señora llamada Carmencita y no encontraba su  mesa y que estaba  junto al tipo que ponía la música. Que fueran a recogerla  ahí.
       Fue una fiesta inolvidable, a las 11p.m. nos tomaron la presión  a todos y un enfermero atendía sin costo a los que se  sofocaban bailando.
        Héctor, el cardiólogo hacia bajar la presión, de los más graves, con pastillas sublinguales. Por suerte no fue necesario utilizar el aparato para  electrocardiogramas ni tampoco el DEA (Desfibrilador Externo  Automático)....
       Para tranquilidad de todos avisaron que una ambulancia hacía  guardia pasiva en la puerta del salón. Junto con los  suvenir, en un detalle  realmente novedoso, (Miguel es un detallista) a los que  queríamos seguir tomando cerveza nos iban entregando pañales  desechables. 


       ¡¡¡Formidable invento esto de los cumpleaños 70 y los quinquenales!!!
   ¡¡¡Y que se pongan de moda justo ahora, que todavía  estamos  hechos unos potros, es algo increíble!!!

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