¿Tenemos suficiente arena en el mundo?


 La escasez de arena es un serio problema global con impactos sociopolíticos, económicos y medioambientales preocupantes. A pesar de eso, no ha atraído la atención que merece. Es una crisis que erosiona los cimientos de nuestra civilización tecnológica y para la que no hay soluciones sencillas. 

¿PARA QUÉ LA USAMOS?  

La arena es un material omnipresente en nuestras vidas cotidianas y en nuestro desarrollo tecnológico. 

Se usa para casi todo.  Desde la pasta de dientes y productos de limpieza hasta la vajilla, fregadero de cocina y taza del inodoro, desde ventanas y botellas de cerveza hasta chips que controlan todo, teléfonos inteligentes y automóviles.  

Desde las vidrieras de las catedrales hasta las lentes del telescopio espacial Hubble, desde los smartphones hasta los implantes mamarios.  

De quedarse el mundo sin arena, hasta peligra el vidrio para las dosis de la vacuna de COVID19. Los viales (frascos donde se guardan vacunas y antibióticos) se fabrican a partir de la arena que es procesada y convertida en vidrio 

Pero, más de la mitad de toda la arena que consumimos, se usa para fabricar ladrillos, asfalto y hormigón, materiales esenciales en edificios e infraestructuras, lo que convierte a la arena en la base literal de nuestra civilización global. 

Para hacernos una idea, sólo en el sector de la construcción, anualmente se utilizan cerca de 50.000 millones de toneladas de material en la producción de hormigón, el cual se compone aproximadamente por un 25% de arena. 

LA DELINCUENCIA EN EL NEGOCIO DE LA ARENA 

Gran parte de la arena que se utiliza en la construcción de viviendas y grandes rascacielos es extraída de los ríos. 

Su excesiva utilización como materia prima representa un problema a países que atraviesan un auge en la construcción -como Singapur, China e India, entre otros-, y eso ha provocado la escasez mundial de este recurso en los años recientes.  

Durante mucho tiempo, la mayor parte de la arena provenía de los países vecinos como Indonesia, Malasia, Vietnam y Camboya. Pero estos cuatro países prohibieron la exportación a Singapur, lo que provocó un aumento el precio de   3,00   a 191,71 dólares norteamericanos por tonelada.  

Esto dio inicio al robo de arena en playas de algunos países alrededor del mundo, como ha sido el caso de Jamaica, Indonesia, Sri Lanka, Marruecos y Sierra Leona. Luego la venden a la industria local de la construcción, o la envían a países más ricos para reponerla en sus playas o recuperar terrenos del mar.  

En India hay un nivel elevado de extracción ilegal de este elemento, controlada por bandas criminales conocidas como las "mafias de la arena". Estos grupos se han relacionado con decenas de asesinatos. 

 

COMO RESOLVER ESA ESCASEZ 

La arena abunda a escala mundial, pero distribuida de manera desigual. En algunas partes del mundo, como en Dubái y Singapur, hay escasez de arena en las obras de construcción, por lo que esta tiene que ser importada. 

Para tratar de reducir la necesidad de arena, se ha iniciado una investigación en distintas universidades de India ( Universidad de Bath en asociación con Goa Engineering Collegepara verificar si el residuo plástico puede reemplazar en parte a la arena en la construcción, ofreciendo una posible solución para la construcción sostenible, mientras se aborda la escasez de arena en ese país. 

Respecto a este uso innovador del plástico, el Dr. John Orr, profesor de estructuras de hormigón en la Universidad de Cambridge perteneciente al grupo de investigación, comenta que: "descubrimos que se puede reemplazar hasta un 10% de la arena en el concreto por el plástico, teniendo la misma resistencia y la misma longevidad", y agrega: "eso de igual forma evita la necesidad de una gran cantidad de arena y ayudaría a reducir los desechos plásticos en las calles de la India" 

Otra solución podría ser la combinación de granos lisos del desierto con resina sintética. El resultado es un hormigón de polímero aún más duradero que la variante convencional. 

Una opción más es el reciclaje de hormigón, pero para que esto funcione desde el punto de vista económico y ambiental, es necesario que haya suficiente hormigón viejo cerca de la nueva obra de construcción. Del mismo modo, un mayor uso de madera en las edificaciones y unos métodos de extracción más eficientes también podrían ayudar a reducir el consumo de arena.

NO TODA LA ARENA SE CREA IGUAL 

 La arena es un recurso no renovable, ya que el proceso de formación es extremadamente lento y gran parte de la arena resultante no puede utilizarse. 

La arena erosionada por el agua tiene forma irregular, eso permite que se aglutine bien y produzca un buen hormigón. Pero se debe tener cuidado con la arena marina pues contiene sal, y si no se lava bien puede corroer las barras de refuerzo metálicas. 

 Se cree que hormigón de mala calidad, contaminado con sal, facilitó el derrumbe de multitud de edificios en el terremoto de Haití de 2010. 

Hay otro tipo de arena, la formada por erosión del viento y es la que vemos en los desiertos.  Por desgracia, los granos de arena del desierto son lisos y no se unen bien entre sí, lo que los hace inadecuados para el hormigón. 

De hecho, el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa de Dubai, una ciudad encaramada en el borde de un interminable desierto, se construyó con arena importada de Australia. 

UNA INDUSTRIA CON UN GRAN IMPACTO MEDIOAMBIENTAL 

 Las mayores reservas naturales de arena con utilidad industrial están en el fondo de ríos y lagos o el suelo marino; y cuando se extrae, se elimina todo lo que vive en la arena, incluidos los huevos de peces, tortugas y cocodrilos, lo que causa graves daños a esos ecosistemas acuáticos.  

Las operaciones de dragado de arena rechazan las partículas más pequeñas, que son bombeadas de nuevo al agua, con lo que aumentan la turbidez y alteran drásticamente el hábitat acuático, asfixiando a los peces y bloqueando la luz, que es esencial para las algas y los corales.  

Esta práctica, así como la de cargar media playa en camiones en plena noche, pueden conducir a la erosión costera. 

Por otro lado, retirar sus sedimentos más pesados (arena y grava) hace que los ríos  

  • Corran más de prisa, lo que contribuye a aumentar la frecuencia de las inundaciones y causar daños en   infraestructuras como los puentes 

  • Profundicen su cauce. Como consecuencia, baja el nivel freático facilitando la posible contaminación de las aguas subterráneas 

 

Como puedes apreciar amigo lector, casi todos tenemos la equivocada creencia de que es un recurso ilimitado. Pero despertemos, nuestra adicción a la arena está destruyendo ecosistemas naturales y alimentando el crimen organizado. Afortunadamente, ya hay investigaciones buscando soluciones para corregir esta crisis.  

Hasta pronto. 

 

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nd, Through the sandglass

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