SU HIJO Y EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA
El entrenamiento de fuerza puede ayudar
a niños y a adolescentes a desarrollar músculos, articulaciones y huesos
saludables. Con un programa bien diseñado y adecuadamente supervisado, pueden
mejorar en resistencia, nivel general de preparación física y rendimiento
deportivo. El entrenamiento de fuerza puede incluso ayudar a prevenir posibles
lesiones futuras, y acelerar su proceso de recuperación en caso de ocurrir.
Sobre el
entrenamiento de fuerza
El entrenamiento de fuerza consiste en
el uso de pesas libres (como las mancuernas), máquinas de pesas, bandas
elásticas resistentes (de caucho o de goma) o el peso corporal para desarrollar
la musculatura. Ante la resistencia, los músculos se deben forzar para moverse.
Como los músculos trabajan más, se fortalecen y aumenta su eficiencia (rinden
más).
El entrenamiento de fuerza también
puede reforzar los ligamentos y los tendones que sujetan (o unen entre sí)
músculos y huesos y mejorar la densidad ósea, es decir, la cantidad de calcio y
de minerales que contienen los huesos. Y los beneficios de este tipo de
entrenamiento pueden superar los de la salud estrictamente física, ya que los
atletas se pueden sentir mejor consigo mismos conforme van ganando fuerza.
El objetivo del entrenamiento de fuerza
no es aumentar la masa muscular. No debe confundirse con el culturismo o el
fisicoculturismo, que no son recomendables para niños ni adolescentes. En estos
deportes, se entrena con pesas muy pesadas y se participa en competiciones de
exhibición y de levantamiento de pesas. Los niños y los adolescentes que
practican estos deportes corren el riesgo de lesionarse unos huesos, músculos y
articulaciones que todavía están en proceso de crecimiento.
Recomendaciones por grupos
de edad
Por lo general, si su hijo está
preparado para participar deportes o actividades organizadas, como el béisbol,
el fútbol o la gimnasia artística, suele ser seguro que inicie entrenamiento de
fuerza.
Un programa de entrenamiento de fuerza
para niños no debe ser una mera versión a escala reducida de un régimen de
entrenamiento con pesas para adultos. El programa de su hijo lo debería diseñar
un entrenador que tenga experiencia trabajando con niños; el entrenador también
le debería enseñar las técnicas adecuadas, las medidas de seguridad que debe
adoptar y cómo debe utilizar el equipo correctamente.
Por norma general, los niños de solo 7
u 8 años pueden hacer actividades de entrenamiento de fuerza (como flexiones de
pecho y sentadillas), siempre que demuestren cierto interés por los ejercicios,
los puedan realizar de una forma segura y sigan las instrucciones que se les
den. Estos ejercicios pueden ayudar a los niños a desarrollar el sentido del
equilibrio, el control y la conciencia de su propio cuerpo.
Los movimientos específicos se deben
aprender sin usar ningún tipo de resistencia. En cuanto se domine la técnica,
se podrá ir añadiendo resistencia a pequeña escala (peso corporal, bandas
elásticas, mancuernas...). Por lo general, a medida que los niños crezcan y
vayan ganando fuerza, podrán ir incrementando de forma progresiva la cantidad
resistencia utilizada. Un profesional bien preparado puede ayudar a su hijo a
determinar los pesos más adecuados.
Seguridad
Como con cualquier deporte, lo más inteligente es concertar una
visita con el pediatra antes de iniciar un programa de entrenamiento de fuerza.
Si el pediatra da el visto bueno a su hijo, usted se deberá asegurar de que su
hijo recibe una supervisión adecuada, utiliza un equipo seguro y sigue una rutina
apropiada para su edad.
Los esguinces y las distensiones musculares son las lesiones más
habituales y la zona lumbar es la que se lesiona con mayor frecuencia. Pero
estas lesiones se suelen producir cuando el niño no utiliza una técnica
correcta de levantamiento de pesas o cuando intenta levantar demasiado peso.
Si su hijo utiliza técnicas correctas y levanta una cantidad
adecuada de peso, el entrenamiento de fuerza no debería tener ningún efecto
sobre sus placas epifisarias (o cartílagos de crecimiento): las capas de
cartílago cercanas al extremo del hueso, donde tiene lugar la mayor parte del
crecimiento óseo.
El entrenamiento de fuerza no debe implicar el uso de esteroides
anabolizantes. Algunos atletas jóvenes y profesionales han abusado de estas sustancias
para desarrollar la musculatura y mejorar tanto su rendimiento atlético como su
aspecto físico. Pero estas sustancias, algunas de las cuales son de venta
ilegal, exponen a sus usuarios a graves riesgos, tanto para su salud física
como psicológica.
En la
próxima entrega continuaremos con este interesante tema.
Hasta
pronto!!
Fuente: http://kidshealth.org/parent
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