En Dinamarca está la Primera Ciudad Adaptada al Cambio Climático
Contra viento y marea los residentes de St. Kjeld, un suburbio de
Copenhague, estarán debidamente preparados a enfrentar las calamidades
naturales. Cuando la próxima megatormenta golpee a la capital danesa, los
habitantes de St. Kjeld se sentirán secos y seguros. Y es que desde diciembre
pasado su ciudad se convirtió en la primera localidad del mundo adaptada y
preparada para resistir los embates del cambio climático.
“La transformación de St. Kjeld es una muestra de lo que
puede hacerse si se toma en serio los impactos del cambio climático” dice
Morten Kabell, director de Asuntos
Ambientales y Tecnológicos en la alcaldía mayor de Copenhague. Es que luego de
fuertes lluvias torrenciales en 2011, que causaron daños por el orden de 1,000
millones de dólares, a este condado porteño no le quedó más alternativa que buscar
la manera de protegerse a sí mismo.
“El cambio climático es una realidad y es necesario
prepararse para protegerse de inundaciones, tormentas y fuertes mareas”
manifestó René Sommer Lindsay, director encargado de la transformación de St.
Kjeld. “Las lluvias torrenciales de 2011 nos hicieron reflexionar y pensar que ‘en
lugar de ejecutar diversos planes independientes lo adecuado era elaborar un
plan maestro para controlar las aguas’, pues estas se convierten en problema serio
cuando van por donde no se quiere que vayan”
Bajo esa premisa surgieron dos opciones para los
planificadores de la ciudad. Agregar más “infraestructura gris” – esencialmente
más y mayores sistemas de drenaje – o diseños “verdes”, estructuras de vías naturales para descargar el agua.
La ciudad se decidió por la opción verde. “Construir más
drenajes es excesivamente costoso, mientras que un enfoque verde-y-azul
(vegetación y agua) es económico” comentaba Flemming Rafn Thomsen de Tredje
Natur, la firma danesa de arquitectura contratada para el proyecto. “Cuando caen
lluvias torrenciales la cantidad de agua que debe redirigirse es gigantesca.
Pero pudimos observar que en la zona había muchos sectores con asfalto (o
concreto), sin función alguna. Mucho de ese espacio puede usarse para absorber
agua”.
Decidido el plan, se procedió a remover el asfalto a
distintos sectores y sembrarles hierba, montañosa, con caminos peatonales
intercalados. La idea es que cuando haya una tormenta, una inundación o una
marea alta, el agua va hacia esos miniparques con forma de envases cóncavos y se transforman en lagunas. También se
recolecta en ellos el agua que baja de los techos de las casas vecinas gracias
a un sistema de tuberías adicionales.
Otra solución aplicada fue la conversión de algunas
calles marginales en “aliviaderos de aguas”. Bajo circunstancias normales son
calles comunes con aceras elevadas. Pero cuando hay inundaciones o
megatormentas, se convierten en canales, conduciendo el agua de vuelta al mar.
Son tantos los millones de litros de agua que regresan al mar por esas calles, que ya hay ocasiones en que St. Kjeld luce
como una Venecia temporal.
Para los habitantes, el haber remodelado las plazas con
colinas y con vegetación exuberante les place más verla como ciudad embellecida
que como ciudad preparada para enfrentar desastres. Y esto era lo que buscaban
los arquitectos y las autoridades de la ciudad. “Si vienen lluvias fuertes, que
las vean más como un espectáculo que como un problema” decía Sommer Lindsay. “Y
si no hay inundaciones o megatormentas de nuevo, el dinero invertido embelleció
la ciudad. En lugar de estar atemorizados, los vecinos se sentirán más cercanos
a la naturaleza cuando vean las plazas inundadas y las calles marginales llenas
de agua, todo de forma controlada”
Según Rafn Thomsen “El
cambio climático es una gran oportunidad para hacer más verdes nuestras
ciudades. Este es nuestro nuevo paradigma. Debemos dejar a un lado los intentos
de alejarnos de la naturaleza y de paralizar los cambios del clima de nuestro
planeta”.
Hay lugares como Mumbai, clasificada por el Banco Mundial
como la quinta ciudad en el mundo más expuesta a inundaciones. Es posible que
allí no puedan aplicarse innovaciones de adaptación climatológica como este
caso danés. Pero muchas otras si pueden. Siete de las 10 más “inundables” están ubicadas en países desarrollados, como
es el caso de Nueva York y Tampa. Ya
Nueva York trabaja en un proyecto de muros contra inundaciones. Rotterdam ha
iniciado algo muy ambicioso: un proyecto de vecindades flotantes
Morten Kabell dijo con su caso de St. Kjeld, “La gente
prefiere el verde y el azul, no el gris. Los países hablan, pero son las ciudades quienes saben lo que deben hacer”. Como dijo
Aristóteles:
LA CIUDAD DEBE ESTAR HECHA PARA LOGRAR
UNA BUENA CALIDAD DE VIDA, NO SOLAMENTE PARA VIVIR
Hasta pronto!!
Fuente: http://america.aljazeera.com/
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