El Insomnio, un malestar muy común. Parte III
En las publicaciones anteriores se definió el insomnio como
una ruptura del autoamtismo del sueño (aparece cuando quiere y no podemos hacer
nada voluntario e inmediato para conseguirlo) acompañado por falta de
plasticidad (adaptación) ante los cambios ocurridos previamente a la acción de
acostarse.
Así, combatir el insomnio implica restablecer esas
cualidades mediante: la consecución de condiciones fisiológicas apropiadas,
mantener un ambiente propicio para dormir y lograr una desactivación física y
cognitiva.
La fase final necesaria para vencer al insomnio consiste en
la recuperación del automatismo. Es decir, condicionar los estímulos para que desencadenen el sueño por si mismos. Para ello es bueno practicar las
siguientes recomendaciones:
Adecuar
el sueño a un momento concreto del día
1. No echar ni sueñecitos ni siestas durante el día.
2. Levántese y acuéstese todos los días a la misma hora
independientemente de si tiene sueño o no. Intentar dormir mucho una noche, o
estar demasiado tiempo en el lecho pueden interferir con el automatismo
necesario para que se desencadene el sueño.
3. Establecer rutinas previas al sueño que activen el
condicionamiento que lleva a automáticamente a la calma necesaria para dormir.
Por ejemplo, cierre la puerta, apague el gas, lávese los dientes, conecte la
alarma y realice todas aquella tareas que sean necesarias para ese momento de
la noche, hágalas siempre siguiendo el mismo orden.
La
cama como elemento desencadenante del sueño
1. No utilizar la cama ni el dormitorio para otra
actividad que no sea dormir o el sexo. Estando en la cama, no es aconsejable:
leer, ver la televisión, hablar por teléfono, discutir con su pareja, o comer.
2. Ya en la cama, se debe apagar las luces con la
intención de dormirse inmediatamente. Si no puede dormirse en un rato
(alrededor de 10 minutos), levántese y vaya a otra habitación. Dedíquese a
alguna actividad tranquila hasta que empiece a sentirse adormecido y, en ese
momento, vuelva a su dormitorio para dormir.
3. Si no se duerme en un periodo de tiempo breve, debe
repetirse la secuencia anterior. Hágalo tantas veces como sea necesario durante
la noche. Utilice este mismo procedimiento en el caso de despertarse a mitad de
la noche si no consigue quedarse de nuevo dormido aproximadamente a los 10
minutos.
4. Por último y muy importante es ajustar el tiempo que
se está en la cama al tiempo en que se está dormido. Esto consiste en ajustar la cantidad de tiempo que se esté en el lecho
con el que se está realmente dormido, acabando con la falacia de que cuanto más
tiempo se esté en la cama más se duerme.
-Cuando el paciente duerme más del 90% del tiempo que está en la cama
durante una semana, se le permite se acueste un cuarto de hora mas por día. Si por el contrario cuando el sueño es inferior
al 80%, se reduce el tiempo
progresivamente, hasta un mínimo de cuatro horas. Deben hacerse ajustes
periódicos del tiempo acostado con la duración del sueño.
Reestructuración cognitiva,
alterando los conceptos y creencias sobre el sueño.
Hay
conceptos y creencias que deben desecharse pues no favorecen la conciliación
del sueño, por ejemplo:
1. Considerar que el sueño es tiempo perdido y que su
único objetivo es la reparación física necesaria para seguir rindiendo al día
siguiente.
2. Aceptar que con sueño se pueden atender todas las obligaciones
diarias. Si no se hacen, lo más probable es que se deba a las dificultades
inherentes a la tarea o a la ansiedad que genera. En esos casos, la falta de
sueño es solamente un factor más y no es precisamente el determinante.
Un
factor muy importante a considerar es el ritmo circadiano, pues los estímulos
se ven afectados de distintas formas según las horas del día. Al llegar la
noche, el ambiente de la habitación, y la misma cama, provoca al que no está
insomne una sensación de calma que propicia el sueño.
Conciliar
el sueño es un proceso pasivo por lo que no se puede uno esforzar en ello, ya
que cualquier esfuerzo que se haga para dormir es mas bien un inhibidor al automatismo que genera el sueño (Espie,
2002). Una vez que se restablece el sueño reparador, su efecto es un refuerzo
positivo que fortalece al proceso mismo.
Como
cierre de esta trilogía de artículos sobre el insomnio, esperamos que las
recomendaciones dadas en la publicación original escrita por el Dr. José
Antonio García Higuera sean de utilidad para Ud. Por supuesto, para casos leves
de insomnio. Si la situación es complicada, un insomnio persistente y difícil
de sobrellevar, debe acudir a su médico quien es la persona que en verdad puede ayudarle en una situación como esa.
Hasta
pronto!!
Fuente:psicoterapeutas.com
Comentarios
Publicar un comentario