El virus Ébola es más resistente de lo que sospechábamos
Los médicos recién
han aprendido algo más de los peligrosos hábitos del virus Ébola. El Dr. Ian
Crozier trabajó con la OMS en Sierra Leona en donde se contagió con el virus
mientras lo combatía. Para el pasado octubre pensó que ya había ganado la
batalla contra este fatal virus cuando fue
dado de alta en el hospital. Sin embargo, dos meses más tarde debió regresar
quejándose de intensos dolores oculares y deformación de su vista captando los
colores defectuosamente.
Pronto le
descubrieron que aún tenía virus Ébola vivos, esta vez ubicados en uno de sus ojos. Y en un giro
extraño, le cambió de color azul a verde.
El caso de Crozier es un llamado de
alerta a la ciencia recordando que aún hay mucho que aprender sobre este virus
que ha infectado a más de 26,000 personas desde diciembre 2013.
El Ébola permanece
activo por mucho tiempo
Nuestros globos oculares son órganos
con inmunidad privilegiada. Nuestro sistema inmunológico le protege para
prevenir de respuestas inflamatorias que pudieran dañar la vista. También hay
otras áreas privilegiadas, como el sistema nervioso central, las gónadas y
algunos cartílagos. Los médicos que trataron a Crozier creen que el virus fue
capaz de romper esa barrera protectora del globo ocular, de acuerdo a lo
informado a New England Journal of Medicine en esta semana.
Ya los médicos saben que el Ébola
sobrevive en los cuerpos de los pacientes varios meses después de estar
curados. Por ejemplo, puede subsistir en el semen de un hombre por largo tiempo
a pesar que ya no tenga síntomas de la enfermedad. Está reciente el caso de un
hombre que regó el virus mediante intercambio sexual, habiendo pasado cinco
meses que había sido dado de alta en el hospital.
Historias de Pacientes
Curados
En el pasado han ocurrido resurgimientos
de la enfermedad en escalas muy pequeñas, que han permitido detectar que la sobrevivencia
al virus ocasiona limitaciones a quienes se han curado. En un estudio hecho en la
República Democrática del Congo en 1995, reducido a 20 personas que fueron
afectadas durante una reaparición breve del virus, se encontró que en 3 de los
20 hubo inflamación ocular (como
Crozier), y otros sufrían de dolor crónico así como también con dificultades psicológicas
y de inserción social. En un artículo de New York Times se publicó que en
sobrevivientes al Ébola, en Monrovia, los síntomas más visibles eran dolores
crónicos, dolores de cabeza y problemas en la vista.
Como se ve, será durante el
tratamiento a los enfermos como se logrará conocer más de las consecuencias a
mediano y largo plazos que ocasiona esta enfermedad.
Como punto final del artículo, lo
bueno es que el Dr. Crozier se ha curado de su problema en el ojo, no tiene ya
problemas de visión de colores y recuperó el azul de su ojo.
¡¡Hasta pronto!!
Fuente: http://blogs.discovermagazine.com/
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