El Objetivo: Mantenerse Hidratado

En nuestro organismo tenemos alrededor de 70% de agua. Parte de este volumen se pierde a lo largo del día al sudar,  en la orina, en las lágrimas, en las heces y en la respiración. Para recuperar esa pérdida hay en funcionamiento un mecanismo natural , regulado a nivel cerebral, que es la sed. Ocurre sin embargo, que debido a malos hábitos, falta de costumbre o información inadecuada, no todas las personas reponen apropiadamente el agua perdida durante sus rutinas diarias.
¿Cuánta cantidad de líquido se debe tomar al día para estar bien hidratado?
Dependiendo de la actividad física, del metabolismo, la edad, del sexo y hasta de la presencia de algunas enfermedades, cada persona tendrá un requerimiento de líquido distinto a los demás . Pero se ha establecido  un promedio de 8 vasos diarios a manera de recomendación general.
La reposición de agua en el organismo se puede lograr mediante la ingestión de cualquier líquido que la contenga en su composición. Por supuesto que lo preferible es el consumo de agua potable, pero también se incluyen otras bebidas como jugos, leche, sopas, té, etc. Lo que debe considerarse al ingerir otras bebidas, es saber cual es el aporte de otras sustancias que la componen. Así por ejemplo, consumir mucho café o bebidas alcohólicas no es recomendable por sus contenidos de cafeína y alcohol etílico respectivamente, que son nocivos para la salud cuando se abusa de ellos.  Igual ocurre con las bebidas gaseosas y hasta algunas “deportivas”, pues tienen un alto contenido de azúcar y otras sustancias preservativas.
¿Qué hay de las bebidas dietéticas o sin azúcar?
Si bien, la gran mayoría son libres de azúcar, lo que se traduce como bajas en calorías, muchas mantienen la concentración de preservantes, colorantes y químicos que contienen sus homólogas azucaradas. Por ello, es muy importante consultar con una especialista en Nutrición sobre el consumo de éstas antes de incluirlas en la dieta usual como alternativas.
¿Qué sucede si no se consume suficiente líquido?
         A largo plazo, puede provocarse algún daño en los riñones como la aparición de piedras, e incluso, una deshidratación crónica continua, puede conllevar a un mayor riesgo de cáncer de vejiga. No debe quedar de lado, el hecho que la deshidratación a corto plazo, ocasiona dolores de cabeza, cambios de humor, fatiga, sueño y alteraciones en el metabolismo.
         Finalmente recuerde, que la humilde y simple agua de nuestras casas, es suficiente para lograr mantener el organismo bien hidratado y que la necesitamos en todos las funciones corporales, por lo que tiene el justo y merecido nombre de "líquido vital".

Hasta pronto!!


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