El gimnasio pierde la batalla frente a los excesos en la dieta
Después de las fiestas navideñas en las
que abundan las comidas, cada una mas sabrosa que la otra, que a veces
resultaba tan difícil levantarse de la mesa, vienen los propósitos de año
nuevo. Uno de ellos nos pone a veces en situaciones complicadas: poder usar
nuestra ropa, pero no entramos en ella!
y no podemos vestirnos con los jeans que tenemos! ¿El problema? Hemos
subido de peso, hemos engordado mucho con tanto exceso durante la Navidad.
Pero como es posible que haya engordado
así, si estuve haciendo mis sesiones de ejercicios a lo largo de
diciembre? Pero.... El ejercicio físico
no funciona para compensar el exceso de grasa. Un estudio realizado por la
Universidad del País Vasco, confirma que el gimnasio no contrarresta el
desastre provocado por una dieta con elevado contenido graso, aun a pesar que
el aporte calórico diario se mantenga
dentro de lo recomendado.
“Hasta ahora se pensaba que aun teniendo
una dieta desequilibrada, si hacías mucho ejercicio físico, lo compensabas de
alguna manera. En este estudio hemos comprobado que eso no es así",
explica Idoia Labayen, doctora en Biología y profesora titular de Nutrición y
Bromatología en la Facultad de Farmacia de la UPV / EHU.
El trabajo, publicado en la prestigiosa
revista Clinical Nutrition y que forma parte del estudio HELENA —financiado por la Comisión Europea—tenía
como objetivo estudiar qué papel ejerce el componente lipídico, es decir, la
grasa de la dieta, en la acumulación de grasa abdominal en los adolescentes.
"Es la más perjudicial para la salud porque incrementa el riesgo
de padecer problemas cardiovasculares, diabetes mellitus, hipertensión arterial
e hipercolesterolemia", explica la investigadora.
Para ello, trabajaron con una muestra
de 224 jóvenes de un total de más de 3.500 que participaron en el estudio —HELENA Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence—, cuyo
propósito es obtener información sobre la salud cardiovascular y los
hábitos dietéticos y de actividad física de los adolescentes
europeos. "Estos son un grupo de riesgo en cuanto a estilos de vida
se refiere, ya que empiezan a tomar sus propias decisiones con lo que quieren o
no quieren comer, y viven también una etapa en la cual muchos de ellos dejan de
hacer deporte", señala Labayen.
Algunos investigadores habían propuesto
que las dietas con elevado contenido graso podían incrementar el riesgo de
obesidad, incluso sin aumentar el aporte calórico total. Es decir, que independientemente de las
calorías totales consumidas, un exceso de grasa en la dieta puede dar lugar a
un mayor porcentaje de grasa corporal. Los resultados de este estudio confirman
dicha hipótesis y demuestran que el porcentaje de grasa de la dieta se asocia
significativamente con un aumento de adiposidad abdominal y que, además, esta
relación es independiente de los niveles de actividad física que realizan los
adolescentes.
"A pesar de que normalmente el
ejercicio es un factor de prevención, en este caso en particular, no consigue
contrarrestarlo", señala la científica. Sin embargo, Labayen es
tajante en cuanto a las bondades del deporte: "Por supuesto que los
adolescentes deben hacer ejercicio. Pero tienen que combinarlo con una
alimentación sana y eliminar las hamburguesas, las pizzas y, en
general, todos los alimentos precocinados tan habituales hoy en
día".
Asi que la recomendación final es: Hacer ejercicios y tener buenos hábitos de alimentación.
Hasta pronto!!
Tomado de El Pais, enero de 2014
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