La Honestidad
La
naturaleza es honesta. Cada planta y cada animal expresa lo que es, sólo el
hombre miente y engaña. Tal vez los niños son naturalmente felices porque son
naturalmente honestos
La honestidad como cualidad humana consiste en
comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad de acuerdo con los valores
de verdad y justicia. Puede entenderse también como el respeto a la verdad en
relación con los hechos, con las personas y consigo mismo.
La honestidad debe ser el resultado de una elección
personal, es una manera de actuar que se adopta libremente porque se considera
que es lo mejor. Ser honesto significa pues, decidir cómo actuar con rectitud,
justicia y honradez frente a los desafíos que plantea la realidad. Implica no
mentir, no robar, no engañar y no hacer trampas, aun cuando alguna de esas
acciones pudiese producir algún beneficio.
Es una virtud
adquirida a través de la educación. Con el tiempo se convierte en un hábito, es
decir se transforma en la forma habitual de ser y actuar.
Muchas veces los seres humanos tendemos a no querer
enfrentar la verdad de las cosas porque el hacerlo implica tomar acción. En
otras ocasiones negamos la realidad porque pensamos que si lo hacemos así,
desaparecerá en algún momento. Pero pronto se descubre que el tiempo pasa y no
es así, al contrario, las cosas se complican más, acumulando una mentira encima
de la otra se va alejando cada vez más esa vida de paz que se añora tener.
La falta de
honestidad revela carencia de principios y valores sólidos. Los principios y
valores necesitan ser alimentados habitualmente con lectura, reflexión, fe y
oración. De lo contrario, se debilitan y mueren.
El mayor problema para el entendimiento humano es la
desconfianza causada por la falta de honestidad. Eso provoca que las acciones y
las palabras no tengan ninguna credibilidad, lo cual dificulta el diálogo, el
entendimiento, la colaboración y la convivencia, porque nunca podremos estar
cerca de los demás, y los demás no querrán estar cerca de nosotros, debido a que
la falta de honestidad está asociada a la traición.
Pero ¿Qué
sucede cuando a nuestro alrededor hay personas que mienten, roban y hacen
trampas sin que nadie les diga algo? ¿Por qué debemos ser honestos si hay
quienes no lo son? ¿Por temor al castigo? Como ya se dijo, la honestidad es una
decisión personal. Puede haber quien actúe honestamente para que no le
sancionen, le regañen o le encarcelen. Pero las personas realmente honestas
actúan así porque saben que este valor les hace mejores como individuos, les
permite estar en paz con su conciencia y los convierte en seres confiables e
íntegros ante los demás y ante sí mismos.
Hay mucha gente deshonesta que logra “sobrevivir y
triunfar” pero su vida es una farsa. Una de las cosas más tristes en la vida es
no poder ser lo que se aparenta y vivir siempre con la angustia de ser
descubierto. El mayor peligro de los deshonestos es que, a fuerza de mentir,
llegan a confundirse tanto que ya ni ellos mismos saben cuál es la verdad. Si
decimos algo que no es cierto o nos apropiamos de lo que no nos pertenece, las
otras personas lo sabrán y tendrán mucha precaución al acercarse a nosotros.
Ello nos cierra oportunidades.
Si anhelamos una
vida de armonía y paz interna es necesario ser honestos con nosotros mismos.
Una vida sin secretos, presentándonos tal y como somos, sabiendo que la gente
que está a nuestro alrededor nos quiere y admira por lo que somos, no por lo
que proyectamos, es la más genuina representación del concepto de honestidad.
No
lo olvide: usted puede elegir ser honesto
Hasta pronto!!
Fuente:
www.convalores.com
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