El Organismo tiene un Botón de Reinicio

           Viajar al otro lado del mundo, trabajar en distintos turnos o trasnochos continuos son de las cosas que alteran el ritmo circadiano, el ciclo diario de nuestro cuerpo. Desde hace muchos años los científicos han ido paulatinamente identificando a los componentes de los “relojes biológicos” que controlan estos ritmos. Hoy día se dispone de suficiente conocimiento de cómo están coordinados. Y recientemente se ha descubierto, al menos en ratones, la existencia de un “botón de reinicio”, que podrá eventualmente ayudar a los científicos a desarrollar tratamientos novedosos  que permitan corregir los desajustes entre el ambiente y nuestros relojes biológicos.
            El ritmo circadiano consiste en cambios fisiológicos, mentales y conductuales que ocurren en un lapso aproximado de 24 horas, principalmente influenciados por los cambios de luz en el ambiente. Esas variaciones del ritmo están controladas por grupos de moléculas interconectadas, que en conjunto de les conoce como relojes biológicos.  Para asegurarse la adecuada sincronía en esos relojes corporales el cerebro tiene un marcapasos central  que los coordina y regula.
         Desde hace tiempo se sabe que ese “reloj maestro” consiste en un grupo de neuronas ubicadas en una región cerebral llamada Núcleo Supraquiasmático (SCN por sus siglas en inglés). Sin embargo, no se sabía que consecuencias habría en el caso  de introducir cambios en esas células. Ahora, investigaciones hechas en la Universidad de Vanderbilt han demostrado que sí es posible controlar el reloj encendiendo y apagando selectivamente  esta población de células, para simular eficazmente las actividades diurna y nocturna.
         Los investigadores emplearon una técnica sofisticada conocida como optogenética para poder manipular la actividad de esas neuronas. Esto implica la inserción, en distintas poblaciones de las células, de genes codificados con proteínas sensibles a la luz, creando así un conjunto de neuronas que responden a la luz de una determinada manera. Entonces, luego de implantar una fibra óptica en el cerebro, los científicos pudieron utilizar un rayo láser para estimular (encender) o inhibir (apagar) estas células.
           De acuerdo al artículo publicado en Nature Neuroscience, los investigadores observaron que con esa estimulación artificial de las neuronas SCN fue posible manipular los ritmos para dormir / despertar en ratones, con solo reiniciar el reloj maestro  cada vez.
        Michael Tackenberg, autor del estudio comenta: “ Aún falta por experimentar con seres humanos.  Pero ya hay estudios que están progresando hacia el uso eventual de la optogenética como terapia”.  Actualmente Tackenberg experimenta con ratones con desorden afectivo estacional – un tipo de depresión de comportamiento estacional – para detectar si responden a la estimulación del “botón de reinicio”.

            Hasta pronto!!


photo credit: Ryan Jorgensen - Jorgo, via Shutterstock.


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