La Soledad del Jefe
Fue
el filósofo español Ortega y Gasset quien al hablar de la soledad, se expresó
en los siguientes términos:
“<Cada cual vive por sí solo, lo que es igual, la vida es soledad,
radical soledad>. Y aduzco como prueba el hecho de que el pensamiento que
pienso, lo pienso yo solo <o yo en mi soledad>, y otro tanto sucede con
lo que decido, con lo que quiero o lo que siento”.
Siendo
muy joven escuché a una persona con un nivel alto de responsabilidad en una
empresa trasnacional citar a Ortega y Gasset, quizás sin saberlo, al decir : “El
jefe siempre está solo”. En ese
momento, no lo entendí ni compartí la sentencia. Mas bien pensé: estará solo él,
porque a lo mejor no es un buen jefe.
Años
después tuve la oportunidad de ejercer un puesto de responsabilidad similar y
fue cuando entendí perfectamente lo que este directivo quería decir.
Generalmente se necesita tiempo y perspectiva para asimilar y comprender
lo que nos sucede y lo que le sucede a los demás. Además es fundamental
experimentarlo.
Por
qué está solo el jefe? Acaso es tan torpe que no ha sabido rodearse de un buen
equipo? Es un déspota que no trata bien a los trabajadores? Será que no le
gusta delegar y quiere controlarlo absolutamente todo? No! Es necesario
aclarar! Esta soledad no tiene nada que ver con el estilo directivo que el jefe
haya decidido ejercer conscientemente. No, es algo más. Se trata de un
elemento consustancial al ejercicio de la toma de decisiones, al ejercicio de
la responsabilidad directiva.
Aunque el jefe sea un modelo de dirección democrática y participativa
y se empeñe en establecer un clima de confianza con su gente, sigue siendo el
JEFE, es decir, aquella persona que en última instancia es la que debe tomar
una decisión. Y la toma de decisiones,
con independencia del camino elegido para adoptarlas, es un ejercicio
individual. Por lo tanto, sujeto a la posibilidad que los demás no la
compartan.
Por
eso, el jefe debe ejercer en soledad esa responsabilidad porque su misión
no es lograr la comprensión ni el aplauso de su equipo. Si lo consigue,
fantástico! pero ese no es su objetivo principal Lo ideal es que el jefe sea
coherente y honesto consigo mismo fundamentalmente. Pues el que es honesto
consigo mismo, tambien lo es a la fuerza con los demás porque no engañará a
nadie.
La
soledad del jefe solo la puede entender otro jefe. Asi de simple! Esto quiere
decir que ese entendimiento vendrá de quienes hayan ejercido algun tipo de
responsabilidad sobre una colectividad: el presidente de una comunidad de
vecinos o de una asociación de padres, por ejemplo. Resultaría muy
educativo que todo el mundo pasase por algun tipo de responsabilidad directiva
en algun momento de su vida. No sólo le enriquecería la experiencia vital
sino que se haría mas tolerante ante las actitudes de otros jefes y tambien de
los empleados.
Como
sugerencia a quien es jefe, es buscar el lado bueno a la soledad inherente a su
cargo. De vez en cuando hay que
sentarse tranquilamente, alejado de todos y de todo y conversar con uno mismo
para fortalecer la coherencia con nuestros principios y valores, y con nuestro
comportamiento hacia los demás. La soledad ayuda a conocerse y conocer a los
demás, a reflexionar y meditar las cosas o simplemente a descansar y disfrutar
del «estar solo».
Hasta
pronto!!
Fuente:
Mabela Casal. Corresponsal en LUOU, feb 2013
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