La INCERTIDUMBRE

Cuando no sabemos que va a ocurrir, bien porque estamos esperando alguna noticia o porque nos encontramos en una situación nueva para nosotros, surge la incertidumbre. Por un lado, esperamos que se cumplan nuestras expectativas, aunque sabemos que puede no ser así. Por el otro lado, tememos eso, que no se cumplan o que nos ocurra algo inesperado, y nos preguntamos si podremos manejar la nueva situación en la que habremos quedado.
La incertidumbre significa que el futuro es incierto; es una gran duda que invade la vida y la mente de cualquier persona. Cuando Ud. no sabe que va a pasar con su vida, le resulta difícil tomar decisiones o dilucidar cual camino seguir, de manera que puede sentirse como si estuviera atrapado en un cruce de caminos sin un solo letrero que le indiqe hacia dónde dirigirse.
De acuerdo a lo estudiado por diversos psicólogos, las personas sometidas a procesos de incertidumbre muy estresantes pasan por un proceso de acomodo ya bastante conocido, tal como se describe a continuación:
Ansiedad y depresión.- La primera reacción puede ser de ansiedad y agitación. Tal vez no sepa Ud.  qué hacer,  pero siente que debe hacer algo y comienza a dar palos de ciego. Y es muy probable que no le lleven a ninguna parte e incluso pueden empeorar las cosas. Siente inquietud, tiene problemas para dormir, está angustiado y se siente impotente.
Después, cuando todos esos impulsivos intentos parecen fracasar y la situación de incertidumbre continua, comienza a aparecer un estado de ánimo más deprimido, más apático y le deja sumido en un estado que parece ser de vacío.
La Aceptación.- Pero de esa vaciedad puede surgir una nueva serenidad y tranquilidad que  permite ver las cosas con más calma. Y es que el único modo de vivir con incertidumbre es aceptándola.
          Cuando, de repente, nos quedamos inmóviles, sin hacer nada porque no hay nada que se pueda hacer, significa que hemos empezado a aceptar la realidad. Pero, cuidado! no se debe dejar que la aceptación se convierta en resignación.
 La aceptación significa reconocer la situación de incertidumbre que se tiene, reconocer que es dura, que es estresante, darse cuenta de lo que se siente, recurrir a la ayuda si es necesario, admitir que no se tiene aún las respuestas, los medios, los recursos, que ahora no se puede hacer nada y no se sabe qué hacer; es decir, significa ver la realidad tal como es.
La Espera.- A continuación hay una etapa de espera. Se sigue haciendo la vida con normalidad, procuramos vivir tranquilos, hacemos deporte, estamos con personas que nos hacen sentir bien, etc. No se ha olvidado la situación, ni se está fingiendo que no pasa nada, solo se está esperando, dejando que la vida fluya siguiendo su curso natural, que las circunstancias se vayan desplegando por sí solas, sin forzarlas.
Poco a poco, la mente se va despejando, las ideas van surgiendo, las dudas empiezan a aclararse, se va encontrando respuestas y se empieza a ver el camino con mayor claridad. La incertidumbre empieza a disiparse.
Lo más importante es que para no dejarse hundir por la situación hay que  aceptarla y esperar con paciencia.

Sugerencias para superar momentos de incertidumbre

Para aprender a manejar la incertidumbre, lo primero que debemos hacer es recordar que no siempre los escenarios que imagina nuestra mente son reales. Cuando miramos el futuro con miedo y angustia, nuestro cerebro construye hipótesis negativas sobre todo lo que puede ocurrir, lo cual a su vez aumenta la angustia, recargando el contenido negativo de los escenarios que fabrica nuestra mente, hasta poder llegar a auténticos ataques de angustia.
Es importante comenzar deteniendo los pensamientos negativos, y después analizándonos, oponiendo nuestras hipótesis más catastrofistas a los hechos objetivos. Si aún así no logramos calmarnos, lo mejor es ponerse en el peor de los escenarios posibles, e imaginar qué sucedería si se cumpliera. Una vez que nuestra mente ha hecho ese ensayo, la angustia decrece y podremos esperar con mayor tranquilidad.
        El complemento del principio de incertidumbre debe ser la tolerancia que como observadores, debemos aplicar al evaluar las acciones de los demás. Cuanta más tolerancia demostremos con las personas, mejor llegaremos a comprenderlas y estimarlas. Con ello reduciremos a valores probabilísticos manejables la incertidumbre presente en nuestras vidas.
       Para finalizar, dejamos como reflexión un enfoque de cómo ver la incertidumbre desde otro ángulo:

          La incertidumbre ante el futuro, ha sido y será el motor que mueve a la humanidad hacia delante. La seguridad absoluta en todos los órdenes es parálisis, castradora de la personalidad y arrullo de vagancias.
     Necesitamos la incertidumbre para establecer relaciones afectivas, para aumentar nuestros conocimientos, para fortalecer nuestra conciencia, y para desarrollar nuestra autoestima.

      Hasta pronto!!


Fuentes:
“El Principio de Incertidumbre” Manuel Zapatero
“Vivir con Incertidumbre”. Ana Muñoz. About,com
“Superar momentos de Incertidumbre”. Psicoblog





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