¿Sabes que es fatiga de decisión?
En
una sesión pública de preguntas y respuestas, el CEO de Facebook respondió a
una de las cosas que más intrigaba a la red: la razón de su reiterado uso de
una misma camiseta gris en todas sus apariciones públicas. ¿Se trataba de una
cábala? ¿De una t-shirt inteligente de wearable tech? ¿Intentaba emular con su propia versión
los jeans negros y el cuello de tortuga con el que se asocia a Steve Jobs, en
una especie de código secreto entre la jerarquía de Silicon Valley? ¿O es
simplemente su esencia geek?
Zuckerberg
respondió que en realidad se trata de una economización de su energía mental (y
evidentemente, tiene muchas camisetas iguales). "Realmente quiero depurar
mi vida para tomar la menor cantidad de decisiones posibles sobre cualquier
cosa menos sobre cómo servir a la comunidad".
Al parecer esto, conocido como "fatiga de decisión", es también el
principio que inspiraba la selección de ropa de Steve Jobs y otras personas
como el mismo Barack Obama, que buscan evitar debatirse en
"pequeñeces" para poder dedicar lo mejor de su atención a cosas más
importantes.
Y es que aunque parezca mentira, las decisiones
cotidianas consumen parte de nuestro tiempo y se llevan una buena cuota de
energía mental. ¿Qué me pongo hoy? ¿Llamo a Juan ahora o más tarde? ¿Compro las
peras o las fresas? La productividad se resiente cuando
te ves abocado a tomar decisiones constantemente: ¿Qué hago ahora?
¿Cómo lo hago? ¿Dónde lo pongo?
Y el tiempo de ocio también se ve recortado y afectado. Tienes dos horas libres por
la tarde y no sabes si ver una película o leer. Te decides por la película y
pierdes un cuarto de hora en elegirla.
La continua toma de decisiones cansa mentalmente,
aunque tú no estés consciente del cansancio. Y esa fatiga es a menudo la causa
de que tomes malas decisiones. Con cada decisión que realizas estás pagando una
pequeña cuota de energía. Conforme avanzan las horas y sigues tomando
decisiones, a tu cerebro le cuesta más sopesar la información y elegir la
opción más conveniente.
¿Qué
puedes hacer para reducir esta fatiga?
Reducir el número de decisiones que tomas a diario.-
Aquí es donde los hábitos y las rutinas de
tu vida cotidiana te dan un respiro. Establece un marco de actuación,
librándote de decidir qué hacer y cómo hacerlo en bastantes momentos del día.
Tomar decisiones anticipadas.-
Para esto están los planes para situaciones delicadas.
Con ellos, anticipas decisiones para evitar que la fatiga te lleve a tomar una
decisión impulsiva. Por ejemplo:
o
Cuando
estás a dieta, haces un plan de comidas saludable y decides de
antemano que no vas a consumir cierto tipo de alimentos. No irán en la lista de
la compra. No entrarán en casa.
o
Cuando
dejas de fumar, estudias qué situaciones te darían más ganas de
encender un cigarrillo y decides cómo vas a afrontarlas cuando lleguen.
Y, por supuesto, también ayudan los planes
“generales”: Organizar un poco el día de hoy; decidir el domingo tu
vestuario o las comidas de la semana; anotar en la tarde del viernes el trabajo
más importante de la semana siguiente, etc.
Otra sugerencia: Captura las ideas cuando surjan. Tener un inventario de ideas
preparadas te ahorrará tiempo y energías. Porque, llegado el momento, la
decisión ya estará tomada.
Por ejemplo: Si hoy se te ocurre un regalo de
Navidad para X persona, apúntalo por ahí. Haz lo mismo con películas que te
gustaría ver, con los libros, con las cosas divertidas que te gustaría probar,
etc.
¡¡Hasta pronto!!
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