¿Qué es el Sindrome de Alienación Parental?
En ocasiones, los padres que se
divorcian realizan comentarios denigrantes y negativos sobre el otro
progenitor. Es habitual que esto ocurra alguna vez en todo
divorcio, cuando el dolor y la frustración empujan más que la razón. Pero
si sucede de modo continuo, nos encontramos con un intento de educar al
hijo en el odio hacia el otro progenitor. A esto lo llamamos Síndrome de
Alienación Parental.
Alienar quiere decir coaccionar
psicológicamente a otro con poder, explica María Isabel Aguilera, doctora en
psicología clínica y de la personalidad por la Universidad del País Vasco.
El SAP
es un grave trastorno de conducta que afecta a los niños de hogares con
conflictos importantes de pareja, al transformarse en víctimas de una perversa
manipulación psicológica y emocional por parte de uno de sus padres, en contra
de su otro progenitor, con el propósito de socavar la relación afectiva de éste
con el niño. Los menores, la mayoría de las veces desde muy pequeños, son
prácticamente enseñados y entrenados por uno de sus padres a odiar y temer al
otro padre, aprovechándose para ello de la estructura mental aún inmadura del
niño, cuando aún no es capaz de discernir entre la realidad y las cosas
imaginadas o colocadas maliciosamente en su imaginación.
Le lavan el cerebro al niño, lo
manipulan a su conveniencia, hasta llevarlo a un conflicto de dualidad entre la lealtad hacia uno y la complicidad hacia el otro"
Desde el inicio, el progenitor
alienador lleva a cabo la educación en el odio haciendo
comentarios malintencionados sobre el otro, denigrándole e injuriándole,
hasta que el menor los interioriza y expresa, por sí sólo, su rechazo a
tener contacto con él.
Junto a los comentarios, el
progenitor alienador comienza a interferir en los contactos del hijo con
el otro progenitor, no haciéndole llegar los regalos que le manda,
interfiriendo en las llamadas telefónicas, entorpeciendo el tiempo de
convivencia de ambos o alentando a que sea desobediente, desautorizándole
en decisiones importantes en la vida del hijo.
A
través de esta acción claramente delictiva de uno de los progenitores, se logra
que el niño alienado acuse a su otro progenitor de los hechos más aberrantes,
según sea la gravedad de la perversión del padre alienador. En muchas
ocasiones, el objetivo principal es quitarle al progenitor víctima sus derechos
paternales o maternales, según sea el caso. Se trata de arrebatarle al hijo,
impedir que lo vea, que se le acerque, que pueda compartir la guarda y custodia
y, al final, que pierda incluso el ejercicio de la patria potestad
Habitualmente suelen usar a los
profesionales, docentes y sanitarios, para avalar sus interferencias, así
como implican a la familia extensa (abuelos, tíos, primos) para que se sumen a la campaña de
desprestigio del padre o madre ausente delante del niño.
El síndrome lo causa generalmente
el progenitor que tiene la guarda y custodia del niño y que pasa con él la
mayor parte del tiempo. Esto hace que más frecuentemente sean las madres las
que se transforman en alienadoras de sus propios hijos. Sin embargo, en países
donde la custodia se comparte entre ambos padres o en los casos en que el menor
tiene edad para que la custodia no sea obligatoriamente materna, la frecuencia
de progenitores alienadores es similar entre padres y madres. El reconocimiento
del síndrome significa la realización de exámenes especializados tanto al niño
como a sus progenitores, pues todos se encuentran afectados. Obsérvese que
existe un niño alienado, inocente pero activo en su conducta contra uno de sus
padres; un progenitor victimario alienante,, verdadero responsable de la
tragedia, y un progenitor víctima, separado de su hijo y sobre quien recaen
inicuas acusaciones.
La recomendación fundamental
para el progenitor rechazado es evitar que se rompa el vínculo. Por muy breve que sea el tiempo que pasa con su hijo
siempre es mejor que no compartir nada. Mientras mantenga el vínculo hay
una puerta abierta al diálogo.
Es recomendable que busque
ayuda profesional que le asesore en el abordaje de su problema. De
mantenerse las dificultades tendrá que denunciar la presencia de aquellas
conductas y estrategias que intenten interferir en la relación con sus
hijos.
Es de recordar que el vínculo que el menor establece con el progenitor
alienador se basa en el miedo y en la asunción de unas creencias que no le
son propias. Si su hijo le recrimina cosas injustas o incluso falsas, si le
insulta o rechaza, recuerde que no es libre en sus decisiones. Aquel que
ha manipulado sus deseos y acciones está hablando por su boca.
¡¡Hasta pronto!!
Fuente: http://www.psicologiavenezuela.net.
Luis Fuenmayor Toro en http://www.aporrea.org/
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