La Gratitud como Valor

          Para muchas personas, la gratitud es un concepto que no tiene mucha profundidad. Cuando niños, nuestros padres nos recordaban que debíamos decir “por favor” y “gracias” cuando alguien hacía algo por nosotros o nos daba algo. Es muy seguro que usted recuerde aquella tan usada frase: “Que se dice?” a la cual respondíamos casi obligados “Gracias”.
Pero el concepto de gratitud es en verdad mucho más elevado que dar las gracias en señal de cortesía.
El sentimiento de gratitud está vinculado al agradecimiento, que es la acción y efecto de agradecer. Por lo tanto, el individuo que siente gratitud desea agradecer el beneficio recibido. Este agradecimiento puede expresarse de diversas formas, desde una simple manifestación verbal (“Muchas gracias por ayudarme”) o una nota escrita (“Te escribo para agradecerte por el préstamo”), hasta un regalo material (“Quisiera regalarte este libro en agradecimiento a todo lo que has hecho por mi padre”).
La gratitud no es lo mismo que la deuda moral. Aunque ambas emociones se producen después de recibir una ayuda, la deuda moral se produce cuando una persona percibe que tiene la obligación de compensar dicha ayuda. Las dos emociones conducen a diferentes acciones, la de deuda moral puede motivar a los receptores de la ayuda a evitar a la persona que les ha ayudado, mientras que la gratitud puede motivar al receptor a buscar a su benefactor y mejorar su relación con él.  
Es un valor clave para evaluar lo bueno y lo no tan bueno con mayor objetividad. En los momentos de dificultad aleja los sentimientos de derrota que nos atacan y que crean grandes obstáculos en nuestro diario vivir. Es fundamental para el éxito personal, profesional y espiritual de cada persona.  Más que una simple palabra es una actitud y una forma de vida. Sin gratitud no prestamos atención a cosas que aunque lucen pequeñas contienen un gran valor espiritual que trasciende lo material.
El vínculo entre la espiritualidad y la gratitud se ha convertido recientemente en un tema popular de estudio. Si bien estas dos características no son ciertamente dependientes la una de la otra, los estudios han encontrado que la espiritualidad es capaz de mejorar la capacidad de una persona para estar agradecida y por lo tanto, aquellos que asisten regularmente a los servicios religiosos o participan en actividades religiosas son más propensos a tener un mayor sentido de gratitud en todos los ámbitos de la vida. La gratitud está vista como una tendencia humana muy apreciada entre musulmanes, cristianos, budistas, judíos, e hindúes.  La oración con gratitud a Dios es un tema común en dichas religiones y por lo tanto, el concepto de gratitud impregna sus textos religiosos,  enseñanzas y tradiciones. Por esta razón, es una de las emociones más comunes que las religiones aspiran a provocar y mantener en sus seguidores y se considera como un sentimiento religioso universal.
Sobre el tema de la gratitud se ha disertado mucho, en especial en los últimos años. He aquí algunas de sus ventajas:
1.    Se ha encontrado que las personas agradecidas sufren menos depresión.
2.  La gratitud brinda lucidez para ver los problemas con una perspectiva diferente a como se veían en el pasado.
3.    La gratitud ayuda a asumir los problemas no como obstáculos, sino más bien como oportunidades  para crecer y avanzar en la vida.
4.    Baja el estrés y ofrece paz espiritual.
            Le sugerimos a usted, apreciado lector, mantenga la gratitud dentro de su estilo de vida. Le hará mucho bien.

            Hasta pronto!!


Fuente:
http://www.bpinspiracion.com/
http://definicion.de/gratitud/



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