A los niños también les afecta las crisis de los adultos
Ante la ya persistente sucesión de hechos lamentables
que nos golpean moral y emocionalmente no solo a nivel personal, sino también a nivel regional y
mundial, surge una gran preocupación: ¿cómo afectan estos hechos a los niños? La
respuesta no es sencilla. Es necesario enfocar el problema desde los distintos
ángulos según las circunstancias que les toca vivir a los pequeños. Pero los adultos
tenemos la obligación de filtrar los impactos de una cruda realidad, para
evitar en lo posible daños graves y permanentes en las mentes infantiles. Con
este propósito publicamos un artículo cuya lectura nos puede servir de guía.
La familia, como célula de la sociedad, aspira
siempre mantener un ambiente de paz y armonía, como forma de lograr una calidad
de vida que proporcione tranquilidad y comodidad a todos sus miembros. Y cada
familia concentra este anhelo especialmente en sus niños, procurando que éstos
tengan un desarrollo sano y adecuado para cuando les toque ser adultos, y
continúen con la preservación de la especie humana.
Lamentablemente la sociedad humana siempre ha tenido que encarar
situaciones de crisis, de conflictos y de fuertes cambios en el transcurrir de
los años. Guerra, pobreza, gobiernos dictatoriales, desastres naturales,
enfermedades, etc., son muchas y diversas las causas que han dado origen a
infinidad de crisis. Y ellas afectan muy seriamente a todos los miembros de la
sociedad, sobre todo a los niños ¿Cómo protegerles? Esta es una de las más
angustiantes inquietudes que se vive en situaciones de crisis. Veamos.
Los niños también se afectan con lo que afecta a sus
padres. Si éstos están
nerviosos, asustados, molestos o alterados, también lo estarán los niños. Es por ello que es muy importante para los
padres, y para todos los adultos en el hogar, mantener siempre una actitud de
calma y cordura evitando al hablar, transmitir a los pequeños mensajes que les
pueda afectar y asustar.
No bajar la
guardia es muy importante. “Los padres son los primeros amortiguadores de
los impactos del mundo externo. Una de las cosas que los niños necesitan, y les
da tranquilidad, es que los padres los
pueden proteger del mundo. Un niño de 4 – 5 años necesita sentir que su papá y
su mamá son los más poderosos”. Evitar que se sientan vulnerables, angustiados,
porque si aparece la angustia aparecen las pesadillas, los trastornos de sueño,
las peleas con otros niños, los problemas en la escuela... “Un niño cuando está
muy angustiado no puede jugar, ni prestarle atención a las matemáticas porque
está pensando en cómo va a vivir su familia”
Hay
que evitar, al máximo posible, actitudes violentas frente a los niños. Eso
no solo los asusta, también les transmite una percepción errónea de cómo
reaccionar y actuar ante conflictos o diferencias con otras personas. No debe olvidarse que los niños son como
“esponjas”, absorben y aprenden de sus padres y familiares cercanos, la manera
como éstos actúan ante determinadas situaciones. Sus padres son sus modelos.
Una
herramienta fundamental, gratuita y fortificante, para mantener la armonía en
casa “A los hijos hay que darles
explicaciones pero también, afecto: hacer entender al niño que es querido, que
el amor sigue intacto, y proteger el espacio vital en la familia”.
Ignorar
lo que pasa no evita lo que pasa. Los niños se dan cuenta de lo que sucede a su
alrededor. Ocultándoles como es la situación en que se vive, no impide que
sufran las consecuencias de la misma. Hablar con los hijos, explicar lo que
está pasando, es esencial. Pero, la información debe matizarse con prudencia. La realidad se ha poner siempre al alcance
de la comprensión de los niños, evitando dramas excesivos. Hay que
encontrar el punto adecuado para no sobrecargarlos. No es lo mismo los primeros
cinco años de vida, en los que los niños tienen una relación más complicada
entre realidad y fantasía, que uno entre 9 y 12.
Es muy importante que el
niño sienta seguridad y confianza porque sus padres están allí para protegerlo.
Algunas sugerencias de cómo
tratarles en momentos de crisis:
1. No
hablar de violencia delante de ellos.
2. Contarles
cuentos sobre la paz, la amistad, la tolerancia y el amor. En internet pueden conseguirse muchas publicaciones al
respecto.
3. Evitar
emitir juicios de valor, a menos que sean en defensa de la justicia, la paz, el
respeto y la tolerancia. Hay que modelar los valores y respetar las diferencias
aunque no las entendamos.
4. Darles
mucha seguridad de que se les protege y cuida, abrazándoles y diciéndoles cuanto se les quiere.
5. Invitarlos
a dibujar, o jugar, con temas de su interés.
6. En
momentos críticos o de emergencias, abrazarlo y distraerle viendo hacia arriba
(o hablar de algo reciente que les agradó), para interrumpir la alteración
emocional. O si es más grandecito, pedirle que borre de su mente la situación
que lo asusta. Eso le calmará.
7. Realizar
con ellos actividades que los mantenga fuera de situaciones de crisis o caos.
Las sociedades
que aman y ayudan a sus hijos, contribuyen con la Cultura de Paz
Hasta pronto!!
Tomado
de:
lavanguardia.com, julio 2012
mininogeniopadres.blogspot,com,
febrero 2014
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