Las 16 diferencias habituales entre la gente que triunfa y la que fracasa

En la mañana de hoy tuve la satisfacción de leer un estupendo artículo que compartió un amigo en su página de Facebook. Sería un inmenso egoismo de mi parte no ofrecerle a Ud. esa misma oportunidad.  Espero disfrute su lectura y le resulte muy útil su excelente mensaje.
Las 16 diferencias habituales entre la gente que triunfa y la que fracasa.
Hace unas semanas, llegó una postal al correo de Dave Kerpen, CEO de Likeable Local y aclamado conferenciante en su país natal, Estados Unidos. El remitente era nada menos que Andy Bailey, el CEO de Petra Coach y, a la sazón, creador de Align Software y miembro de Entrepeneurs Organization. La misiva causó tal impacto en Kerpen que se vio impelido a escribir un artículo en el que comparte sus reflexiones sobre la misma. Lo ha colgado en su despacho, como recordatorio de lo que debe tener presente día a día.
“Ha tenido un profundo efecto en mí, reforzando los valores en los que creo y recordándome día a día las actitudes y los hábitos que necesito aplicar para tener éxito”, explica Kerpen en el artículo publicado  en Linkedin.
A continuación recogemos los 16 puntos que aparecían en la postal reproducida por el autor de Likeable Leadership. A Collection of 65+ Inspirational Studies on Marketing, Your Career, Social Media & More(Likeable Publishing). En primer lugar, aquello que se debe hacer; en segundo, lo que se debe evitar.
1. Abraza al cambio vs. Teme al cambio. Como aseguraba  José Antonio Marina recientemente, la flexibilidad es una de las cualidades que más buscan actualmente las empresas. Algo que muy poca gente consigue, pero que es vital para triunfar.
2. Desea que los otros triunfen vs. Espera secretamente que los demás fracasen. La competitividad mal entendida ha conducido al “sálvese quien pueda”. Kerpen recuerda que, en una organización, si quieres tener éxito, debes garantizar que los demás también lo alcancen. Todos remamos en la misma dirección.
3. Transmite alegría vs. Transmite furia. Nuestra actitud es contagiosa, por lo que si queremos tener contentos a nuestros compañeros, superiores y subordinados, debemos empezar por nosotros mismos. Además, “cuando la gente está feliz, tiende a estar más centrada y a ser más exitosa”.
4. Acepta la responsabilidad por tus cambios vs. Culpa a los demás. La confianza que los demás depositan en nosotros deriva de la actitud que mantenemos hacia ellos. Si sólo nos colgamos medallas cuando algo sale bien pero somos incapaces de aceptar nuestros errores, tarde o temprano estaremos solos con las dificultades que puedan surgir. Y entonces no quedará nadie que dé la cara por nosotros ante las equivocaciones que, con total seguridad, cometeremos.
5. Discute ideas vs. Habla sobre la gente. Las ideas pueden cambiar, pero la gente raramente suele hacerlo. Así que, en lugar de quejarnos del comportamiento de los que nos rodean, resulta preferible centrar nuestro esfuerzo en implantar nuevas ideas que permita superar los fallos de la organización.
6. Comparte datos e información vs. Oculta datos e información. La información es poder. Por eso, tendemos a callarnos todo aquello que sentimos que resulta valioso y que los demás no conocen. Sin embargo, Kerpen considera que se trata de una visión cortoplacista y profundamente egoísta.
7. Da a la gente todo el crédito por sus victorias vs. Se lleva todo el mérito de los demás. Saber trabajar en equipo es esencial en el mundo laboral contemporáneo, y ello implica que todos tienen su parte de responsabilidad, tanto para lo malo como para lo bueno. Si reconocemos los méritos de nuestros compañeros, tarde o temprano, recibiremos una palmadita en la espalda cuando hagamos algo bien.
8. Plantea metas y planes de vida vs. No se pone metas. Hacia dónde te encaminas? Si no lo sabes, difícilmente podrás convencer a nadie a que haga el viaje contigo. Planea tu día, tu mes, la temporada y tus próximos diez años, y averigua qué necesitas para alcanzar cada una de las metas.
9. Mantiene un diario vs. Dice que mantiene un diario pero no lo hace. Apuntar nuestros planes por escrito nos permite llevar un control pormenorizado de nuestras necesidades, citas o deseos. Mucha gente asegura apuntarlo todo, pero no es así. No tiene por qué ser un diario, sino que una agenda electrónica o un archivo de texto pueden servir a tal efecto. En negro sobre blanco, todo parece más real.
10. Lee todos los días vs. Mira la televisión todos los días. Nuestro tiempo libre debe permitirnos escapar de la rutina, pero este escapismo puede ayudarnos en nuestro trabajo o no. La televisión apenas nos enseña nada, mientras que leer (ya sea un libro, un periódico o un blog) abre nuestra mente y expande nuestros horizontes.
11. Opera desde una perspectiva transformacional vs. Opera desde una perspectiva transaccional. Aunque en nuestros trabajos se nos exijan resultados cuantitativos, los grandes líderes son aquellos que crean un grupo y explotan las mejores cualidades de cada uno de sus miembros. Lo importante no es la próxima venta, sino preguntarse día tras día qué se puede hacer para mejorar el rendimiento del grupo. Lo demás vendrá rodado.
12. Aprende continuamente vs. Improvisa todo el rato. Es imposible que lo sepamos todo. Ante tal certeza, caben dos posibilidades: que estemos abiertos al cambio y a la mejora, y que nos preocupemos por conseguir toda la información posible, o simplemente dejarnos mecer por las mareas y no tener en cuenta ningún imprevisto.  
13. Elogia a los demás vs. Critica a los demás. Un halago a tiempo hará feliz al compañero que lo reciba, mejorará su ánimo y su productividad. Aunque siempre haya aspectos que corregir, la crítica continua (y no equilibrada con elogios) sólo menoscaba la moral del que la recibe.
14. Perdona a los demás vs. Les guarda rencor. Todos cometemos errores (incluso tú). Una equivocación es la oportunidad para cambiar un comportamiento inadecuado, no la justificación para atacar a aquel que la ha cometido.
15. Mantiene una lista de cosas “por ser” vs. No sabe qué quiere ser. Los niños saben muy bien qué quieren ser de mayores. Sin embargo, los adultos no lo tienen tan claro. Quieres llegar a directivo? Quieres cambiar de trabajo? Quieres ampliar la familia? Saber qué queremos ser es mucho más importante que conocer qué queremos tener.
16. Tiene gratitud vs. No aprecia a los demás y al mundo que le rodea. “La gratitud es la llave definitiva para tener éxito en tu vida y tu trabajo”, asegura Kerpen. Por eso es de vital importancia que demos las gracias a todos aquellos que nos han puesto en el lugar en que estamos. No debemos dar nada por hecho: sólo nuestro esfuerzo y la colaboración de los demás nos puede llevar lejos.
Espero le haya gustado la lectura de este artículo. Le sugiero lo imprima y lo coloque en un lugar donde pueda leerlo diariamente.
Hasta pronto!!


Tomado de El Confidencial “el diario de los lectores influyentes” firmado por Héctor Barnés, abril 4. 2014    

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